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Channel: Oscuro y Seductor Romance
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[Relato LibrosVeo] Luces y sombras

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I Concurso Relatos LibrosVeo


Recuerdo mi vida antes de que esto ocurriera. Las sombras eran algo común e incluso familiar en mi día a día. Los sonidos y los olores, un regalo para mis sentidos.  Y el tacto arrugado de una pasa me anunciaba el dulce sabor de la fruta. Me había costado muchos dolores de cabeza adaptarme a una vida donde los obstáculos me impedían ser uno más. Nadie había aceptado de primeras que quisiera dedicarme a la esgrima. Decían que no estaba cuerda por el simple hecho de replantearme la idea. Yo, en cambio, pensaba en las ideas revolucionarias de Arquímedes y cómo habría sido tratado de loco por sus contemporáneos cuando hablara de sus estudios matemáticos. Al igual que le podía imaginar riéndose de ellos, yo hacía lo mismo. Una razón más para que no me trataran en serio.
Desde bien pequeña, mi madre me había contado cuentos de princesas valientes que no esperaban a ser rescatadas por el príncipe azul, jóvenes que luchaban contra dragones y cabalgaban con el cabello ondeando al viento mientras se sentían orgullosas de su vida. Apreciaba a aquella mujer por la infancia que me había dado, por los años en los que con su ayuda había forjado una adolescente con carácter que no se dejaba apabullar por nada y que luchaba por unas ideas fijas.
El trance había sido más duro por los nervios que había pasado que por los dolores que pudiera haber sufrido. El tónico había hecho un gran trabajo aunque no había que menospreciar la tarea del médico que había realizado la operación.
El momento en que las vendas fueron retiradas fue el más duro. No tenía a mi madre para que me apretara la mano y me diera ánimos. Ella había fallecido y me había dejado a merced de los lobos. En unos instantes, sabría si tenía lo que era necesario para seguir adelante ó no. Cuando el último trozo de tela dejó al descubierto mi semblante, solo dos pequeños parches cubrían mi vista.
-Adelante, tratad de abrir los ojos -me incitó la misma voz que poco antes se había deshecho de los algodones de mis ojos.
Sigo sus instrucciones. Mis párpados tiemblan, al principio, ante tanta luminosidad para luego terminarse acostumbrando. Cuando finalmente soy capaz de distinguir algo más que siluetas, lo que veo me llena de asombro. Me encuentro sentada en un trono de madera, rodeada de caballeros de flamante armadura que me observan con marcado interés. Uno de ellos, sostiene una corona sobre su cabeza y mientras se arrodilla frente a mí, me ofrece la mano.
-Lady Isemay. Es hora de que os muestre lo que ha estado esperando por vos. 
Le tomo la mano, me levanto y camino con cuidado entre el pasillo que los caballeros han formado con sus dos hileras, una a cada lado. Me dice que soy su hermana a pesar de que yo nunca supe de él. Me sorprende todo a mi alrededor. Mi ceguera me había ocultado el mundo en que vivía. Me confieso extraña entre aquellas gentes que antes eran mi pueblo. Nada ha cambiado y yo sigo siendo la misma. ¿Qué es entonces lo que falla? Mi hermano habla sin cesar y yo apenas escucho lo que dice, inmersa en mis pensamientos. Solo cuando hemos atravesado un laberinto de pasillos y terminamos desembocando en una gruta oscura y escalofriante me doy cuenta que todo ha sido un error, una trampa.
Un empujón del que dice ser mi hermano basta para que me sumerja en el más profundo de los abismos, de vuelta a mi oscuridad.

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