Autora: Olga Salar
Título: Quédate esta noche...y todas las demás
Tapa blanda, 187 páginas
Ediciones Kiwi, 2013
Argumento
Dafne es una mujer de éxito, fantástica en su trabajo como fotógrafa de moda. El problema es que es un desastre en la vida real, propensa a los accidentes y con un nulo sentido de la orientación, su vida transcurre entre percances domésticos y cuartos oscuros de revelado.
El único instante en que todo su cuerpo coordina a la perfección es cuando mira a través de la lente de su cámara. No obstante, su vida dará un giro cuando su habitual rescatador, el atractivo policía de la puerta de al lado, le pida que le ayude en un asunto delicado.
El regreso inesperado de su hermana Chloe, y los mordaces comentarios de su amigo Pablo, volverán patas arriba su tan valorada tranquilidad
Reseña
Debo reconocer que lo primero que me fascinó de la historia fue la portada. La mayoría de cubiertas de los libros de Ediciones Kiwi me traen de cabeza. Después, leí el argumento y me enamoré de él sin dudarlo.
Una historia divertida y actual. Te engancha desde la primera página. Sus personajes son bastante realistas. Dafne es una mujer guapa de éxito, pero cuando se trata de su vida sufre constantes accidentes. (¿A quién me sonará? Por si alguno no se lo imagina. Me recuerda a mí.) Tiene un despiste que asusta. Su familia y amigos ya lo tienen asimilado porque la conocen, pero la gente de la calle se ríe de ella y de sus tremendos fallos. Tal vez el destino tenga algún motivo para ello...
La historia es divertida a raudales. Yo misma, no he parado de reírme a lo largo del libro, de pensar vaya ocurrencias y otros símiles por el estilo. Sin embargo, hacía tiempo que no me reía con una novela romántica. Con ello me refiero a las novelas de Marian Keyes, especialista en el género, ó Sophie Kinsella. Sin llegar al nivel de ellas pero Olga Salar le anda bastante cerca. Mezcla expresiones corrientes de la calle con algunas más literarias sin que estas resulten forzadas. Los giros que les da a los personajes, aunque a veces de lo más fascinantes, se amoldan bien a la historia.
Me ha encantado el trío de amigos compuesto por Dafne-Chloe-Pablo donde Dafne es la victima y su hermana y amigo los cómplices para que pique el anzuelo en una relación. Pablo es el típico amigo que a todos nos gustaría tener: sin pelos en la lengua, histriónico y fácil de querer.
El contraste en la historia entre Daphne, su madre y su hermana no puede ser más peculiar. Daphne nunca se ha tomado las relaciones en serio por lo que ha visto en casa. Chloe, sin embargo, siempre ha ido de princesa por la vida, buscando a su príncipe (¿ó rana?) azul. La madre de ambas me recuerda a ese tipo de personas que cuando está mal, quiere que los demás estén mal y viceversa. Algo un tanto egoísta e insufrible.
Para ser una historia romántica y de corta extensión, entiendo que la problemática no se extendiera demasiado pero acostumbrada a libros como los de Keyes y Kinsella en donde las protagonistas sufren mil tragedias, la historia se me ha quedado muy corta. En otras palabras, me ha dado pena que terminara.
