Título: Solo respira
Autora: Andrea Vilariño Freire
Libro autoconclusivo
ebook, 218 páginas
Amazon, 2015
Compra el libro: www.solorespira.es
Página de Facebook: https://www.facebook.com/novelasolorespira/
***Otros libros de la autora:
Argumento
Olaia padece fibrosis quística, una enfermedad que está acabando con su vida. Tras un bache con la justicia, se enfrenta a un forzado arresto en el Centro de Estudios Clínicos, donde entra a formar parte del estudio de un medicamento que podría curarla. Ahí conocerá a otros pacientes con diversas patologías que también están siendo sometidos a tratamientos experimentales; entre ellos se encuentra Lucas, un joven fotógrafo con un doloroso tumor inoperable. Ambos sienten que están desperdiciando sus vidas con un futuro incierto, y deciden huir del Centro para vivir locamente el tiempo que les quede. Una lista de deseos por cumplir, un par de billetes y una mochila es lo único que tendrán. Pero sus vidas darán un giro inesperado cuando descubran que los médicos no han sido del todo sinceros.
Una historia que muestra la realidad de los pacientes crónicos frente a la dificultad para beneficiarse de los nuevos tratamientos. “Solo respira”, revela los hechos con la visión en primera persona de los dos protagonistas, presentando a la señora Fibrosis Quística, la gran desconocida.
Reseña
Andrea Vilariño Freire (A Coruña, 1991), estudiante de último curso de Administración y finanzas, inició su trayectoria como editora de contenidos para pequeñas publicaciones online durante más de dos años y continuó su andadura como blogger de una plataforma de temática variada. Su primera novela es Dame alas para soñar, con la que pretende sumergirnos en un mundo mágico y misterioso lleno de incógnitas que desearás descubrir.
Presenta ahora última obra, Solo respira, que comienza su andadura por la blogosfera con buenas críticas y acogimiento.
Conoce un poco más a esta joven escritora entrando en su página web:
www.andreavilarino.com
Es el segundo libro que leo de la autora y la verdad que me ha dejado con un sabor agridulce, no porque el libro sea malo sino por la temática en sí. Las enfermedades son siempre duras, pero cuando el Gobierno no hace nada por estas minorías desfavorecidas, son siempre los mismos los que pagan el pato: los enfermos y sus familiares.
La historia es preciosa. Habla de dos enfermos: Olaia, que sufre fibrosis quística y Lucas, que tiene un tumor cerebral. Ambos se conocerán y comenzarán a vivir una bonita historia, salpicada de momentos duros y tristes.
Andrea Vilariño ha sabido combinar una historia de romance con los síntomas de ambos pacientes haciendo que el lector consiga ponerse en la piel de estos dos y viva lo mismo que ellos.
Además de Olaia y Lucas, hay varios personajes secundarios como los pacientes del CEC, quienes se toman sus síntomas con mucha guasa; los padres de Olaia, quienes están sufriendo la situación de su hija; la directora y los trabajadores del CEC, quienes luchan para que el ORKADEKO, el medicamento que parece tener éxito en los pacientes de fibrosis pueda ser administrado a un precio más económico.
Olaia asume su papel de enferma de forma muy diferente al resto. Ella no acepta que está enferma y nunca se queja de sus fatigas al andar por ejemplo. Por eso, nadie de su entorno la toma en serio sobre su enfermedad.
Lucas es un chico con una dura infancia y que ahora está solo. Ha tratado varias veces de quitarse la vida y poco después le diagnostican un tumor cerebral. Una mala broma del destino como él dice, puesto que ha encontrado una razón para vivir: Olaia.
He disfrutado del viaje de Lucas y Olaia, donde por primera vez pueden disfrutar el uno del otro y sentirse libres. La realización de una serie de deseos por parte de cada uno hará que el vínculo entre ambos sea cada vez más fuerte, pero como todo sueño este llega a un final.
Una historia contada con sencillez y realismo, sin medir la sensibilidad del lector, pero tampoco abusando de la lágrima fácil. Está contada en tercera persona durante los dos meses que ambos comparten.
Solo le vería una cosa negativa. En su viaje juntos, se bañan en el mar y Lucas se lleva el móvil consigo para hacer fotos dentro del agua. Creo que todavía no han inventado uno que sea acuático. Luego pensé en el punto bonito e idealista del viaje, pero aún así seguía siendo poco realista.
La parte agridulce es el final que aunque no me ha gustado, es muy real y está a la orden del día. Creo que ningún otro final habría sido más idóneo que este.
Es una historia que te hace pensar mucho, valorar mucho más todo lo que tienes (una buena salud y gente que te quiere a tu alrededor) y dejar un poco de lado las cosas materiales. Muy rápido de leer y muy entretenido. Se lee en dos tardes.
Muy recomendable para toda aquella gente que desconoce esta enfermedad: la fibrosis quística.
Es el segundo libro que leo de la autora y la verdad que me ha dejado con un sabor agridulce, no porque el libro sea malo sino por la temática en sí. Las enfermedades son siempre duras, pero cuando el Gobierno no hace nada por estas minorías desfavorecidas, son siempre los mismos los que pagan el pato: los enfermos y sus familiares.
La historia es preciosa. Habla de dos enfermos: Olaia, que sufre fibrosis quística y Lucas, que tiene un tumor cerebral. Ambos se conocerán y comenzarán a vivir una bonita historia, salpicada de momentos duros y tristes.
Andrea Vilariño ha sabido combinar una historia de romance con los síntomas de ambos pacientes haciendo que el lector consiga ponerse en la piel de estos dos y viva lo mismo que ellos.
Además de Olaia y Lucas, hay varios personajes secundarios como los pacientes del CEC, quienes se toman sus síntomas con mucha guasa; los padres de Olaia, quienes están sufriendo la situación de su hija; la directora y los trabajadores del CEC, quienes luchan para que el ORKADEKO, el medicamento que parece tener éxito en los pacientes de fibrosis pueda ser administrado a un precio más económico.
Olaia asume su papel de enferma de forma muy diferente al resto. Ella no acepta que está enferma y nunca se queja de sus fatigas al andar por ejemplo. Por eso, nadie de su entorno la toma en serio sobre su enfermedad.
Lucas es un chico con una dura infancia y que ahora está solo. Ha tratado varias veces de quitarse la vida y poco después le diagnostican un tumor cerebral. Una mala broma del destino como él dice, puesto que ha encontrado una razón para vivir: Olaia.
He disfrutado del viaje de Lucas y Olaia, donde por primera vez pueden disfrutar el uno del otro y sentirse libres. La realización de una serie de deseos por parte de cada uno hará que el vínculo entre ambos sea cada vez más fuerte, pero como todo sueño este llega a un final.
Una historia contada con sencillez y realismo, sin medir la sensibilidad del lector, pero tampoco abusando de la lágrima fácil. Está contada en tercera persona durante los dos meses que ambos comparten.
Solo le vería una cosa negativa. En su viaje juntos, se bañan en el mar y Lucas se lleva el móvil consigo para hacer fotos dentro del agua. Creo que todavía no han inventado uno que sea acuático. Luego pensé en el punto bonito e idealista del viaje, pero aún así seguía siendo poco realista.
La parte agridulce es el final que aunque no me ha gustado, es muy real y está a la orden del día. Creo que ningún otro final habría sido más idóneo que este.
Es una historia que te hace pensar mucho, valorar mucho más todo lo que tienes (una buena salud y gente que te quiere a tu alrededor) y dejar un poco de lado las cosas materiales. Muy rápido de leer y muy entretenido. Se lee en dos tardes.
Muy recomendable para toda aquella gente que desconoce esta enfermedad: la fibrosis quística.