Título: Rebeca
Autora: Daphne du Maurier
Tapa blanda, 446 páginas
Debolsillo, 2019
1º publicación en 1938
Argumento
"Anoche soñé que volvia a Manderley...". Nadie que conozca la película basada en esta novela podrá olvidar la voz en off que recita la frase inicial de la obra más lograda de Daphne du Maurier: Rebeca. Así comienzan los recuerdos de la segunda señora De Winter, que la transportan de nuevo a la aislada y gris mansión situada en la húmeda y ventosa costa de Cornalles. Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso predio para ser inexorablemente ahogada por la fantasmal presencia de la primera señora De Winter, la hermosa Rebeca, muerta pero nunca olvidada. Su habitación permanece intacta, sus vestidos listos para ser lucidos, y su sirvienta, la siniestra señora Danvers, aún le profesa una devoción malsana. Y con el espeluznante presentimiento de que algo maligno le está aprisionando el corazón, la joven comienza a investigar el verdadero destino de Rebeca: el oscuro secreto de Manderley.
La autora
Daphne du Maurier nació el 13 de mayo de 1907 en Londres, Inglaterra. Fue hija de los actores Gerald du Maurier y Muriel Beaumont, y nieta del escritor y dibujante George du Maurier. Criada en un ambiente artístico refinado, comenzó en el mundo literario con autora de novelas románticas hasta que le llegó el éxito con "La posada de Jamaica" (1937) y "Rebeca" (1938), ambas adaptadas al cine por Alfred Hitchcock. Entre 1951 y 1952 aparecen otras dos cimas de su obra, la novela "Mi prima Raquel" y la colección de relatos que encabezaría "Los pájaros". Escribió con continuidad hasta los años setenta y falleció el 19 de abril de 1989, en Fowey, Reino Unido.
Reseña
Ya conocía la historia por haber visto las adaptaciones tanto de Hitchcock (1940) como de Ben Wheatley (2020), pero quise descubrirla por boca de la propia autora.
Es una historia que te va atrapando poco a poco y que parece no va a sorprenderte por lo pausada que es su narración, pero no dejéis que eso os engañe. Tiene dos grandes giros en su trama que os dejarán boquiabiertos.
Para empezar, la historia está contada en primera persona, pero en ningún momento conocemos el nombre de la mujer, lo que la hace sentir anónima. Eso unido a lo que ocurre en la primera mitad del libro, nos hace sentirla como una persona tímida, introvertida y vapuleada.
Ella conoce a Maxim de Winter y se enamora de él locamente. La aparición de un primer amor y unas circunstancias nada favorables para ella son la combinación perfecta para un matrimonio rápido. A partir de aquí, el fantasma de la primera señora de Winter les recibirá en la mansión Manderley impregnando cada cosa que ella toca, que ella hace o que ella piensa.
"Rebeca, siempre Rebeca. Fuera donde fuera, en Manderley, sentárame donde quisiera, incluso en mis pensamientos y sueños, allí me encontraba con Rebeca."
"Rebeca continuaba siendo la señora de Manderley. Rebeca era aún la señora De Winter. Yo nada tenía que hacer allí."
Se trata de una historia llena de valores en la que nos habla de que las apariencias pueden engañar, de cómo el amor puede retorcerse de tal manera hasta convertirse en tóxico y no dejar entrar a nadie más, hechos traumáticos que terminan por hacer madurar a la gente, de personas que atraen a otras como polillas a la llama. De cambios, buenos y malos, inesperados, que te retan a dar lo mejor de ti.
Es un libro de personajes, no de tramas. Un libro de sentimientos y vivencias. En fin, un libro que hoy día es un clásico y que con sus descripciones nos hace trasladarnos al maravilloso Manderley y soñar por un momento que la felicidad es eso, lujo, vestidos y fiestas, para luego darnos una fuerte bofetada y mostrarnos la realidad. Que incluso sin todo eso, se puede vivir y ser feliz si tienes a la persona correcta a tu lado.
"La felicidad no es un bien que pueda atesorarse; es una manera de pensar, un estado de ánimo. No es que algunas veces no nos sintamos deprimidos, pero también conocemos momentos que escapan al reloj y se hacen eternos."