Esta es una carta especial: os vamos a recomendar un solo libro, uno por el que sentimos admiración, al que volvemos siempre que podemos, y que queríamos compartir con vosotros.
Un lápiz. Eso era todo lo que se necesitaba en la Sudáfrica del apartheid para marcar tu destino. Para decidir con quién te podías casar y qué trabajos, derechos y privilegios te correspondían. Claro que, para conservar este sistema, se necesitaba mantener viva la esperanza de que podías llegar a salir de la segregación. Que, si te esforzabas lo suficiente y te portabas siempre bien, podías "ascender a blanco". Así, si estabas postulándote en las administraciones para ser blanco, tenías que meterte un lápiz en el pelo. Si se te caía, eras blanco. Si se te quedaba enredado en el pelo, eras negro. Eras lo que el gobierno decía que eras. Y a la gente de color, mestiza, no solamente la ascendían a blanca. A veces se volvía india. Y a veces la gente india se volvía de color. A veces los negros eran ascendidos a gente de color y a veces la gente de color era degradada a negra. Y por supuesto, también los blancos podían ser degradados a individuos de color.
Parece absurdo, porque lo es. Así lo cuenta Trevor Noah en Prohibido Nacer, memorias de racismo, rabia y risa, libro que publicamos hace ahora ya unos años, pero al que no hemos dejado de volver desde entonces. El pequeño Trevor, convertido ahora en rey de la comedia en los EE.UU, nace de un acto de amor que en Sudáfrica es considerado el peor crimen posible. Es un mestizo. Su madre es negra, su padre es blanco. Y, en un mundo construido por cajitas diminutas, en la que nadie podía salirse de la suya, no estar ni en una ni en otra era lo peor que te podía pasar. Pero la madre de Trevor lo educó libre, sin límites, y lo salvó (a su manera, claro, como tirándolo de un autobús en marcha). Claro que un sistema tan arbitrario como el apartheid, tan carente de lógica, da lugar a situaciones igual de delirantes, y Trevor Noah las cuenta con una gracia que primero te hace reírte en alto (leedlo en público bajo vuestra propia responsabilidad) y luego te estruja el corazón. Desde su amigo bailarín llamado Hitler, a que al pasar la poli su madre le dejara en el suelo "como si fuera una bolsa de maría", o la creencia de que, si rezabas en inglés, Dios te escucharía más que en un idioma africano.
Pero, si algo es Prohibido Nacer, es un libro sobre el amor. Más concretamente, un libro sobre el amor de una madre. Esta fuerza imparable que mueve a Patricia, este amor absoluto que siente por sus hijos, consigue colarse por recovecos impensables en medio de toda esta violencia, como cuando los hierbajos brotan de entre las grietas de una casa en ruinas. Sonará cursi, pero es un libro imprescindible por la sencilla razón de que el amor lo es. Leedlo, regaladlo, volvedlo a leer y a regalar. Vale la pena, palabra.
Fecha de publicación: octubre, 2017
Número de páginas: 336 pags
Tamaño: 140 x 210 mm
Encuadernación: cartoné
ISBN: 978-84-17059-12-5
Editorial: Blackie Books
Argumento
Mi madre me quería tanto, que tuvo que tirarme de un coche en marcha para que huyera.
Mi padre me quería tanto, que cuando paseaba conmigo lo hacía por la vereda de enfrente, sin mirarme.
Mi padre era suizo, muy blanco.
Mi madre era xhosa, muy negra.
Y, según las leyes del apartheid, por ser de razas distintas tenían prohibido hacer el amor.
Pero al parecer lo hicieron… porque nací yo.
Lo peor que podía haber hecho.
Biografía del autor
Trevor Noah nació en Johannesburgo (Sudáfrica) en 1984. Todas las biografías empiezan así, con la fecha y lugar de nacimiento, pero en este caso estos dos factores marcaron su infancia, su carrera y su vida. Su madre era negra, de la etnia xhosa, y su padre, blanco y de procedencia europea. Se enamoraron en pleno Apartheid, así que, desde su mismo nacimiento Noah fue un niño prohibido por la ley, fruto de una relación interracial vetada. Ahí arrancó una vida de penurias y capacidad para esconderse y escapar. Tras buscarse la vida comerciando con CD piratas y pequeños préstamos, comenzó su carrera artística en la televisión sudafricana. En 2011 se mudó a Estados Unidos y su carrera se convirtió en una supernova. Fue el primer cómico sudafricano en realizar un monólogo en The Tonight Show y en aparecer en el Late Show with David Letterman. Protagonizó el documental You Laugh But It’s True y defendió en las tablas el stand-up The Racist. En diciembre de 2014, Noah se convirtió en colaborador fijo de The Daily Show, pero la sorpresa llegó cuando Jon Stewart, su presentador, lo nombró sucesor en septiembre de 2015. Desde entonces Noah se ha convertido en una de las caras más conocidas de la sátira política estadounidense más ácida y, más recientemente, en uno de los mejores azotes de Donald Trump. Su libro de memorias infantiles, Prohibido nacer, que deslumbró a la crítica de The New York Times Michiko Kakutani, demuestra que es, además, un escritor tierno, divertido, duro y muy prometedor.
Prensa
«Son tiempos para leer a Trevor Noah… Huye del dramatismo a través de una mirada humorística, a veces cruda, a veces compasiva, siempre sincera y limpia. Nos contagia unas ganas enormes de vivir.»
ELVIRA LINDO
«Triste, divertido, desgarrador e irresistible. Un relato inolvidable sobre una infancia en el apartheid… y una carta de amor a una madre excepcional.»
MICHIKO KAKUTANI
«Un libro memorable: conmovedor y de explosiva comicidad.»
SERGI PÀMIES