Autor: Neil Gaiman
Título: Coraline
Salamandra, 2009
Tapa blanda, 158 páginas
Argumento
Cuando Coraline atraviesa una de las puertas de la casa nueva de su familia, se encuentra que hay otra casa extrañamente similar a la suya (aunque la nueva sea, definitivamente, mejor). Al principio, todo parece maravilloso: la comida es más sabrosa que la de casa y el cajón de los juguetes está repleto de angelitos de papel que vuelan solos y de calaveras de dinosaurios que parecen vivas y se arrastran haciendo castañetear los dientes. Pero resulta que hay otra madre que vive ahí, y otro padre, y quieren que Coraline se quede con ellos y se convierta en su pequeña. Quieren cambiarla y no dejarla ir jamás. Coraline tendrá que enfrentarse a ellos con todo su ingenio y las herramientas que encuentre, si es que ha de conseguir salvarse y volver a su vida normal.
Reseña
Había visto hace años la película de Coraline y me gustó bastante, por lo que no dudé a la hora de leerme el libro e iniciarme con este autor.
La historia me parece francamente buena. Una historia en la que la moraleja es que no siempre lo que queremos es lo que más nos conviene. Y eso no tardará en aprenderlo Coraline cuando descubra ese nuevo mundo al otro lado de la puerta.
El libro se puede leer muy rápido gracias a que el tamaño de la letra no es tan pequeño como me está pasando con mi actual lectura. Hay ilustraciones en blanco y negro al principio de cada capítulo que, aunque curiosas, hacen que inevitablemente eches de menos a los de la película. Me imagino que tirar de estas supondría un gasto extra.
Me ha gustado mucho el personaje del gato que, inevitablemente me ha recordado al de Cheshire en Alicia, pues cumple su función ayudando a la protagonista.
Creo que es una lectura que demuestra a grandes y pequeños que nadie es perfecto y debemos aceptar a los que queremos con sus virtudes y defectos.