BIOGRAFÍA
Victoria Vílchez, con más de 15 novelas publicadas,
entra por la puerta grande al catálogo de Titania con
Solo tres citas …y una mentira.
Licenciada en Biología, pronto descubrió que
su verdadera pasión era la de crear mundos y perderse en ellos.
Cuando no está al frente del teclado
disfruta de su tiempo con su hija,
leyendo o devorando series y películas.
Su familia acaba de ampliarse con un nuevo miembro,
su perrito Django, y están a la espera de que llegue su
hermanita gatuna: Venus.
Vamos a conocer un poco más a esta tinerfeña afincada en Madrid
que ha calado hondo en la familia Titania.
ENTREVISTA
Si pudieras tener una cita con quien fuese ¿a quién elegirías?
¿Por qué?
Uy, es complicado elegir. Pero he aprendido a valorar tanto los pocos momentos que paso a solas que creo que elegiría perderme un ratito: un libro, un café y unas buenas vistas. ¡Tranquilidad, ven a mí!
¿Cómo sería tu cita ideal?
Algo sencillo, no tiene que ser espectacular. Pero sí repleta de risas. Creo que la risa es la conexión más bonita que se puede dar entre dos personas.
¿Cuántas citas crees que son necesarias para saber si estás enamorado?
A veces, basta con una; otras, en cambio, es necesario profundizar más. ¡No hay reglas!
¿El amor admite mentiras?
Alguna que otra mentira piadosa, pero nunca en las cosas realmente importantes.
¿Qué serías capaz de hacer por amor?
Es difícil saber hasta dónde podría llegar. Pero irme a vivir a una ciudad a miles de kilómetros de la mía es algo que ya he hecho jajaja.
¿En qué te inspiraste para escribir esta novela?
Un día tropecé con la leyenda sobre la división de las almas de Zeus y, tiempo más tarde, Nadia fue tomando forma en mi cabeza.
El mejor momento para escribir es…
Para mí, por las mañanas. Estoy más tranquila. Pero si estoy inspirada, cualquier momento y lugar es bueno.
Has escrito novelas de new adult, juvenil, romance, fantasía ¿qué género te gusta escribir? ¿Y leer?
Disfruto muchísimo con el new adult, pero siento debilidad por el paranormal y la fantasía. Aunque son dos géneros muy muy exigentes, también son muy satisfactorios.
¿A quién admirabas de pequeña?
De niña, a la mayoría de mis profesoras, ¡quería ser profe y enseñar! Confieso que era la listilla de la clase.
¿Y a quién admiras ahora?
A mis padres, que durante años han batallado para sacar a sus tres hijos adelante. Ahora que soy madre tengo una visión muy distinta de lo que supone criar a un hijo.
Si el día tuviera una hora más, a qué lo dedicarías:
¡A dormir! Soy un poco marmota y nunca duermo lo suficiente.
Un secreto inconfesable
Pues... si te lo contara, no sería inconfesable jajaja.