Título: La lluvia amarilla
Autor: Julio Llamazares
Seix Barral, 2004
160 páginas, tapa blanda
Argumento
La lluvia amarilla es el monólogo del último habitante de un pueblo abandonado del Pirineo aragonés. Entre «la lluvia amarilla» de las hojas del otoño que se equipara al fluir del tiempo y la memoria, o en la blancura alucinante de la nieve, la voz del narrador, a las puertas de la muerte, nos evoca a otros habitantes desaparecidos del pueblo, que lo abandonaron o murieron, y nos enfrenta a los extravíos de su mente y a las discontinuidades de su percepción en el villorio fantasma del que se ha enseñoreado la soledad.
En el pueblo de Ainielle ya sólo quedan Andrés y Sabina. Poco a poco el matrimonio se ha visto obligado a ver cómo los demás habitantes, espoleados por la miseria o por la promesa de un mundo mejor, han abandonado gradualmente las duras condiciones de vida. Una noche, sin embargo, Andrés descubre a Sabina ahorcada en el molino. Ahora ya no queda nadie que pueda llevar con él el peso insoportable del pasado.
Reseña
Este era el libro del mes de febrero para el club de lectura de la biblioteca y ha sido toda una sorpresa. Es uno de esos libros que quieres seguir leyendo y, al mismo tiempo, dejarlo a un lado, por la cantidad de sentimientos tan diferentes y contradictorios que te provoca. El autor nos hace pensar constantemente en la muerte y el sentimiento de abandono al que se han visto sometidos cientos de pueblos en España.
Es una historia triste en la que el protagonista, Andrés, y su mujer son los últimos habitantes de Ainielle, un pueblo del Pirineo aragonés. Se han resistido a marcharse a diferencia del resto que han emigrado en busca de pastos mejores. Andrés nos habla del apego que siente por esa tierra, la soledad, la melancolía por tiempos mejores y el dolor por la pérdida de su mujer y el aislamiento al que se ha visto sometido por su actitud en los pueblos vecinos.
Su escritura es tan lírica y cuidada que te dejas llevar a lo largo de una narración inundada de descripciones, metáforas y repeticiones que nos hacen sentirnos caminando por las propias calles de Ainielle.
Esta no es una lectura para todos los lectores porque como digo es ciertamente dura y contiene algunas escenas que es difícil asimilar. Sin embargo, nos hace ubicarnos en una perspectiva nueva y desconocida para la mayoría de nosotros.